Mentiras sobre el cáncer

Hay evidencia de que existe una conspiración global para
mantener ocultas curas para esta temible enfermedad.

A la mente escéptica de hoy le cuesta imaginar que un laboratorio farmacéutico desaprovecharía la oportunidad de comercializar una medicina capaz de curar el cáncer. ¿Qué puede ser más importante que prestigio y dinero para cualquier laboratorio? La respuesta es: más dinero.

Hace pocos años circuló un forward por internet según el cual un científico denunció a un prestigioso laboratorio que, luego de comprobar científicamente la enorme efectividad de la guanábana para frenar procesos cancerosos, se propuso sintetizar los ingredientes activos de la fruta. El objetivo del laboratorio era patentarla, esto es, ser los únicos capaces de distribuir este revolucionario fármaco contra el cáncer. Y obtener unos márgenes de utilidad muchísimo mayores a los que obtendrían, digamos, con un jarabe natural de guanábana.

Eventualmente el científico denunció que, al no lograr ni una sola versión sintética con efectos tan eficaces como la fruta, prefirieron guardar secreto sobre la milagrosa curación que ésta produce. Y ordenaron máxima discreción sobre las propiedades anticancerígenas de la guanábana a todos los investigadores involucrados. Por más que intenté verificar la autenticidad de esta historia, no encontré ninguna fuente confiable, de manera que probablemente no es cierta. Pero en todo caso, no tendría nada de raro.

Las farmacéuticas son fríos negocios que han demostrado repetidamente su falta de preocupación por la salud humana, y la guanábana es una gran medicina natural contra múltiples afecciones. Pero también lo son la sábila, el ajo, la spirulina, el limón, la sangre de drago, y muchas plantas comunes en diferentes partes del mundo. ¿Por qué la medicina constantemente desmerece o, en todo caso, no recomienda los remedios naturales?

Tomar agua en lugar de gaseosa es una de las maneras
de prevenir el cáncer de las que se habla muy poco.



Demasiado inhumanos para ser verdad

Para empezar hay que sumergirse en la lógica corporativa. Para una farmacéutica, una medicina natural es fácilmente imitable por otra farmacéutica, y la competencia hará que los precios bajen y las utilidades sean menores. El negocio de las farmacéuticas consiste en invertir en investigación, desarrollar drogas, patentarlas y ganar mucho dinero por el tiempo que duren esas patentes. La medicina natural es por definición antagónica a la lógica finaniera de ser de las farmacéuticas.

La labor de los departamentos de relaciones públicas de las farmacéuticas es desviar la atención pública de otras opciones de sanación mientras duren estas patentes. Los medios de comunicación comerciales han demostrado, al menos en EUA, tener gran lealtad hacia las farmacéuticas. En muchos casos pertenecen a los mismos grupos económicos. El resultado es que los medios predominantemente sustentan e informan lo que las farmacéuticas quieren que la gente oiga.

¿Estoy yendo muy lejos? ¿Serían capaces dignos y circunspectos ejecutivos de grantes y respetables corporaciones en EUA o en Alemania de jugar con la salud de la gente? ¿Por dinero? Lamentablemente la evidencia parece indicar que sí son capaces. Hay una buena colección de casos de corrupción flagrante de empresas farmacéuticas en www.wanttoknow.info/drugcompanycoverup

Las comidas rápidas y en general las comidas procesadas
están llenas de ingredientes que se han probado
cancerígenos. De esto tampoco se habla mucho.


Médicos cómplices

¿Y los médicos? ¿Por qué no salen ellos en defensa de la gente? Lamentablemente, la mayoría de médicos han sido formados dentro de un paradigma farmacológico, donde la medicina se limita a curar enfermedades con el uso de drogas. No ven la medicina como una práctica que debe abarcar todas las áreas de la vida, y se enfocan más en comprender la enfermedad que en comprender la salud.

La medicina moderna se ha vuelto demasiado comercial, y desde la universidad los médicos son formados con la idea de que medicina es los fármacos, y los fármacos son la medicina. Los médicos sí son formados para hablar de “vida sana” pero no suelen darse cuenta que es precisamente tanto fármaco y tantos aditivos alimenticios lo que tienen a la humanidad enferma.

Y esto por no hablar de la insolente práctica de las farmacéuticas de “incentivar” a los médicos con cursos de actualización y viajes con gastos pagados. ¿No es esto una forma muy elegante de comprar conciencias? Y esto no lo digo para ofender a la noble clase médica, lo digo para sacudir conciencias.

La naturaleza tiene soluciones para la gran mayoría de problemas de salud. Con la capacidad de investigación y análisis que nos ha dado la tecnología, hoy sabemos de grandes remedios naturales para muchísimas enfermedades. Pero más que eso, es importante hacer algo de lo que los médicos hablan poco: evitar alimentos procesados, tomar sol, caminar, sonreír, amar y ser coherente entre lo dicho y lo hecho.

Según el escritor Mike Adams en su libro Breast Cancer Deception, la muerte por cáncer es prevenible en un 90% de los casos pero dado que los mejores anticancerígenos son productos no patentables, las autoridades, en parte por prejuicios contra lo natural, y parte por respaldar el negocio de la “industria médica”, prefieren ignorar la posibilidad de que se compruebe la eficacia de nuevos métodos.

Las facultades de medicina deberían dedicar más tiempo a
enseñar a sus estudiantes sobre el poder curativo y inmunológico
de una buena dieta en lugar de formar técnicos elaboradores de recetas.


Aumentan los casos de cáncer

En EUA, hoy es tres veces más probable que una mujer contraiga cáncer de seno en algún momento de su vida que en 1970. Algo está acelerando rápidamente la incidencia de cáncer en el mundo, y particularmente en los países industrializados.

Una decena de organizaciones entre las que se incluyen el Breast Cancer Fund, la Cancer Prevention Coalition, el Cancer Breast Action, y el American College for the Advancement of Medicine, acusan a la poderosa American Cancer Society de sistemáticamente negarse a promover la investigación de formas alternativas de prevenir o curar la enfermedad, simplemente por evitar posible competencia para los fármacos comercializados bajo patente.

La American Cancer Society (ACS) es una monumental organización de beneficencia cuyos directivos son acusados de parecer más políticos de Washington que investigadores interesados en el bienestar de la gente. Algunos miembros de su directorio son accionistas de importantes farmacéuticas y de grandes de la industria alimenticia. Esto último es relevante porque también se acusa a la ACS de no utilizar su gran poder económico y político para exigir al gobierno federal mayores regulaciones en el uso de químicos (muchos de ellos cancerígenos) que llegan a la población a través de la comida y los productos de uso personal.

La Cancer Prevention Coalition lanzó una campaña
respaldada por más de 100 científicos en la que pide
más honestidad a la industria médica respecto al cáncer.


La triste realidad es que las farmacéuticas, con sus nexos económicos con organizaciones que gozan de la confianza pública como la ACS, los grandes medios comerciales y en los empresarios a cargo de la salud pública en los países desarrollados, mantienen a la medicina natural represada, escondida bajo un velo de “no comprobada”. Esta es una sutil y silenciosa guerra a muerte contra la medicina natural, porque en términos de negocios la medicina natural es la principal amenaza que tienen sus productos. Simple y claro.

Pero esto no termina allí. Se ha acusado a la ACS de hacer oidos sordos de los clamores de los médicos naturalistas que insisten en que la leche produce cáncer. ¿Muchas amistades dentro de la poderosa industria láctea, tal vez?

La geoquímica Jane Plant, en su libro Your life in your hands, dice que en China la incidencia de cáncer de seno es de 1 en 10.000. Esto es un 0,01%, de posibilidades de que una mujer contraiga cáncer de seno en algún momento a lo largo de toda su vida. En contraste, en EUA las probabilidades son del 10%. Leyó bien, 1 en 10. Luego de largas investigaciones, Plant concluyó que lo más característico de la dieta china es la ausencia de lácteos, y que debería investigarse seriamente si tomar lácteos durante toda una vida puede degenerar en cáncer de seno. En Ecuador, país lácteo pero no tan expuesto a químicos como EUA, la incidencia de cáncer de seno es de 1 entre 20 (un 5% de probabilidad).

Una vida activa y sana y una unión
entre cuerpo y mente son fundamentales
para tener buena salud.


Tóxicos legales


Hay un consenso entre los activistas anti-ACS en el sentido de que va a ser imposible ganar la guerra al cáncer mientras los gobiernos sigan permitiendo el uso de ciertos químicos en productos personales y cosméticos, así como pesticidas y demás cancerígenos en la creciente industria de alimentos a gran escala.

Según la fundación Cancer Breast Action, hay aproximadamente 80.000 químicos en uso comercial hoy, pero el efecto en humanos de más del 90% nunca ha sido puestos a prueba. Y hay 216 químicos utilizados comúnmente en productos de consumo humano que se sabe causan tumores de pecho en animales de laboratorio. El Parlamento europeo fue el primero en regular (hace pocos años) el uso de más de 30.000 químicos, pero en EUA la Food and Drug Administration (FDA), sistemáticamente se resiste a poner límites a esta avalancha de químicos. En contraste, es acusada insistentemente de demorar de manera innecesaria los permisos sanitarios de medicamentos de origen natural. ¿Demasiada coincidencia?

Es esta misma agencia la que realiza brutales redadas contra tiendas de productos naturales y médicos naturistas que prometen curar el cáncer. Usando el recurso legal de fraude a la confianza pública, la FDA persigue a médicos que curan el cáncer con métodos naturales. Por increíble y antidemocrático que parezca, dado que la medicina oficial reza que el cáncer es incurable, cualquier médico que diga que sí lo puede curar automáticamente es un estafador y es perseguido, según la ley estadounidense.

La Cancer Prevention Coalition, con el apoyo de más de 100 científicos y expertos en prevención del cáncer, y algunas organizaciones de derechos del consumidor, lanzaron una campaña llamada “Paremos el cáncer antes que empiece” (Stop Cancer before it Starts), que entre otras cosas exige a la FDA y a la ACS honestidad y transparencia en su gestión (http://www.preventcancer.com/press/pdfs/Stop_Cancer_Book.pdf)

Nuestros cuerpos, al igual que nuestro planeta,
están enfermos de tantos químicos a todo nivel.


Buenos vs. malos

Hurricaine Voices financia una campaña para denunciar la doble moral de las corporaciones que, a cambio de ostentar el lazo rosado en sus empaques, realizan donaciones a la fundación Pink Ribbon. La campaña Think before you pink pide a gritos a dichas marcas que sean consistentes y dejen de utilizar químicos tóxicos en sus productos. También exigen a Pink Ribbon (fundación relacionada a la ACS) que exija que sus auspiciantes usen ingredientes naturales, y sobre todo que no emplee casi la totalidad de sus multimillonarios fondos en hacer experimentos únicamente con drogas. Y negarse a hacerlo con recetas naturales.

Si las acusaciones son ciertas, estaríamos frente a un caso en que el monumental poder económico de las farmacéuticas se las ha arreglado para comprar la complicidad de gobiernos, así como mantener la mentira de que la única solución al cáncer son largos y costosos tratamientos farmacológicos. Lo que hace más creíble a estas denuncias es que no describen a los conspiradores como un oscuro panel de hombres malos planeando acabar con la humanidad, sino como ejecutivos buscando maximizar ingresos para sus empresas, esto es, haciendo su trabajo. Los médicos lavan su conciencia porque están inmersos en un paradigma médico que perdió hace tiempo contacto con lo que realmente es la salud. Algo debe estar terriblemente mal en el mundo para que todo esto ocurra y no sea penado por ninguna ley.

Ecuador es uno de los pocos países en el mundo cuya Constitución (1998 y 2008) garantiza como uno de los derechos de sus ciudadanos la libertad de elegir su tratamiento médico. No son pocos los médicos naturalistas exiliados de EUA que han elegido Ecuador como su nueva casa para ayudar a la gente. Posiblemente sean nuestros países, ricos en plantas medicinales y con menos poder de las corporaciones, quienes deban tomar el liderazgo mundial en la lucha de esta devastadora enfermedad. 

4 comments:

  1. Interesante articulo. Algo que también mucha gente no sabe es que el cáncer de seno además de cobrar 40,000 muertes anualmente en EUA, también afecta a cerca de 2,000 hombres. Ojalá todos siguiéramos una buena nutrición, rutina de ejercicios y el autoexamen y mamogramas! Gracias por hablar de este tema tan importante.
    Natalia Pizarro

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  2. Muy interesante, gracias por la información, nosotros como generación debemos trabajar definitivamente en apoyo a estos grupos privados que están dando su aporte, aunque contra la corriente, en financiamiento investigación y estudios en sudamérica. Hay organizaciones metidas en la selva ecuatoriana y brasileña actualmente. Son años de trabajo que se pueden ver frustrados por el poder de ciertos grupos, pero está en nosotros buscar el acercamiento y los métodos mas disponibles para ayudar por lo menos en la difusión como tu lo haces.
    Saludos, y adelante !
    Adrian Castro

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  3. Muy buen artículo, gracias por tomarte el tiempo de investigarlo y hacer que personas como yo tengamos acceso a información tan valiosa e interesante. El asunto de las famacéuticas es un secreto a vivas voces, su compromiso no es con la humanidad sinó con sus bolsillos y por otro lado es nuestro compromiso como sociedad no permitir que estas mentes egoístas invadan nuestras tierras y se apropien de nuestras riquezas naturales.
    Santiago Contreras

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  4. Gracias por estas noticias, Riki. ¿Hs visto el libro de Jane Goodall "Otra manera de vivir. Cuando la comida importa"? Está buenísimo.

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