La consciencia del turismo despunta en Ecuador



El turismo conciente es una propuesta de Ecuador al mundo para avanzar hacia un turismo sostenible y ético.


           Participé hace pocas semanas en un taller abierto del Ministerio de Turismo para introducir el concepto del «turismo consciente». Gran parte de la jornada transcurrió alrededor de entender cómo la palabra «conciencia» podía ser aplicada al turismo.


            Hubo quienes lo veían como una novelería del gobierno de turno, un nuevo lirismo para repetir lo que ya se ha dicho sobre turismo responsable, ecoturismo o turismo sostenible. Pero el turismo consciente es un concepto muy avanzado que bien podría situarse en la vanguardia mundial como estrategia para impulsar la sostenibilidad del turismo.

            En el caso de Ecuador, además, el turismo conciente establece un necesario puente entre las culturas originales y el turismo sostenible, pues lo contextualiza dentro de la concepción holística de la realidad que prevalece en ellas. Es la misma cosmovisión ancestral que en las últimas décadas muchas personas están tratando de rescatar,lo que está siendo un aporte a cultura nacional, en permanente búsqueda de identidad y valores propios.


Los fundamentos del concepto

     Cada día, la industria turística debe tomar decisiones entre maximizar el lucro y moderar su impacto social y ambiental. Conceptos como el turismo sostenible o el turismo responsable apuntan a la segunda opción, pero no suelen profundizar lo suficiente en las motivaciones para hacerlo. En la práctica, a menudo se explica como un asunto de conveniencia general, en la medida que para todos es más provechoso que Ecuador se proyecte como un paraíso natural.

            El problema de tomar decisiones fundamentados en la conveniencia es que resulta difícil no dejarse seducir por los beneficios a corto plazo. Es verdad que si Ecuador se convierte en una potencia turística sostenible cada empresario saldrá beneficiado, pero para la mayoría no es fácil sacrificar el lucro inmediato individual por un objetivo general a futuro.

            Las leyes harán su parte, pero si queremos cambios de fondo tenemos que ir más allá. Soñemos por un momento en un país con una nueva generación de actores turísticos genuinamente comprometidos con el objetivo de convertir a su actividad en un aporte fundamental para defender la cultura y la riqueza natural de nuestro país. ¿Es ese un sueño utópico?

            La viabilidad de este sueño podría bien estar ligada al concepto de la conciencia, como veremos a continuación.


¿Y qué es la conciencia?

            Según la RAE, la conciencia es el conocimiento interior del bien y del mal. Las religiones formales se han apoderado del término y lo han subordinado a la fe y los valores. Sin embargo, las tradiciones espirituales ven la diferencia entre el bien y el mal no en términos de valores sino en el nivel de la conciencia.

            La conciencia en ese contexto significa estar en contacto con la divinidad, con el espíritu del universo, con lo sagrado. La persona que logra, por este camino, desapegarse de las motivaciones más comunes de nuestra civilización –el amor al dinero, al poder, a los placeres inmediatos– vive un proceso a través del cual se vuelve consciente de que, más allá de las diferencias en el plano físico, los seres humanos y la naturaleza estamos interconectados y dependemos unos de otros. 


            En ese momento empieza a operar un mecanismo a través del cual obrar bien es automático: si yo soy parte de la naturaleza, el dinero no compensa el daño que pueda causarle; si me siento unido a las demás personas, no tiene sentido beneficiarme a costa de ellas.

            Este concepto puede parecer extraño en el entorno materialista que ha prevalecido en la cultura urbana Occidental, pero proviene de tradiciones milenarias que siguen vigentes en nuestros pueblos originarios y que alientan el despertar espiritual del siglo 21, evidente en corrientes como el ecologismo. El turismo consciente no sólo sintoniza con esta tendencia planetaria hacia modos de espiritualidad más integrales y puros, sino que se sitúa en el centro de la cosmovisión nativa americana.

            Por lo tanto, hablar de conciencia ligada al turismo otorga coherencia a los conceptos ya conocidos del turismo responsable, el turismo ético o el turismo sostenible. Celebremos, pues, que el Ecuador tome la iniciativa a nivel mundial en desarrollar los conceptos que deberán sustentar la práctica del turismo en las próximas décadas.




La repercusión mundial de esta nueva filosofía

Pese a tratarse de una propuesta relativamente nueva, el turismo consciente ya ha logrado aceptación en algunos foros mundiales.

            En septiembre el Ministro de Turismo ecuatoriano Freddy Ehlers presentó el concepto del turismo consciente en el I Congreso Internacional de Ética y Turismo, celebrado en Madrid. Durante el evento,  Ehlers declaró que la propuesta ha sido bien acogida en diversos foros y que Ecuador espera con ella «contagiar» a las distintas actividades del quehacer nacional de muchos países, las de los políticos, educadores, policías, etc., para superar «la profunda inconsciencia» que se vive en la actualidad.

            Durante el XIX Congreso Interamericano de Turismo, realizado en septiembre en San Salvador, el concepto tuvo una acogida entusiasta de parte de los países miembros de la OEA. Allí la propuesta fue adecuadamente resumida por el Ministro: «El Turismo Consciente no es otra cosa que amar la vida».

            El tema también se presentó en el XII Foro de Integración Turística de Centroamérica y El Caribe, desarrollado en  Guatemala;  en la XI Conferencia Iberoamericana de Ministros de Turismo, en Asunción;  y en la II Reunión del Subgrupo de Trabajo sobre Turismo del Foro de Cooperación América Latina-Asia del Este (Focalae), en Buenos Aires.

            Más recientemente, durante la XIX Asamblea General de la Organización Mundial de Turismo, esta propuesta ecuatoriana recibió una entusiasta acogida y fue incorporada en el acta oficial de la Asamblea en los siguientes términos: «Habiendo escuchado la declaración de la delegación ecuatoriana, en la cual se presenta el concepto de turismo consciente, acogemos esta  iniciativa  que propugna fomentar los valores de la paz, amistad y respeto mutuo basado en el desarrollo del turismo ético y responsable». La resolución final completa se la puede leer en www.unwto.org. 


Publicado en la Revista Transport, Ecuador, edición noviembre 2011.

1 comment:

  1. Hola, quería consultar aquía a ver si pueden recomendarme cuantos días quedarme en lugares como Baños, Montañita, Quito, guayaquil... ya que tengo pasajes a Ecuador y aun no he decidido el recorrido por el país.
    Mi mail es carolav81@gmail.com
    gracias!

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