La verdad sobre el 21 de diciembre


Una nota para compensar la evidente falta de información sólida y clara sobre el significado real del cambio de era. 


Me animé a escribir esta nota por la evidente falta de información contundente sobre el significado real del 21 de diciembre. Existen dos extremos: por un lado los relatos alarmistas y apocalípticos, con poco rigor científico. Y por el otro, la postura académica–muy a tono con el reduccionismo de la mayoría de los científicos—que simplemente niega todo lo que pueda ir más allá de lo que perciben los cinco sentidos.

Otras personas son escépticas ante tantas veces que se ha profetizado el fin del mundo. Por tanto empecemos por aclarar ese punto: los Mayas nunca hablaron de un fin del mundo. Ellos anunciaron que el 21 de diciembre de 2012 sería el fin de su calendario. Y también profetizaron desastres naturales para estos tiempos. Pero de ahí a concluir que esto significa que el mundo se acabaría el 21 de diciembre es una extrapolación superficial y desinformada.

Qué dicen los astrónomos
Lo que ocurre con las profecías de los Mayas, y lo que las diferencia de otras tantas profecías, es que los Mayas realizaron observaciones de altísima precisión, que admira aun a los científicos de hoy en día. Por ejemplo, ellos descubrieron hace mucho tiempo que nuestro planeta tiene una inclinación que oscila respecto al plano de nuestra órbita. La Tierra es como un trompo que no gira alrededor del sol no siempre con la misma inclinación.

El Hanub Ka, o el centro de la Via Láctea, según los Mayas.


Esta oscilación es de aproximadamente 26º y toma 25.625 años en dar una vuelta completa. Los Mayas situaron el “inicio de los tiempos” hace 25.625 años y el “fin de los tiempos” este 21 de diciembre. Este 21 de diciembre el ecuador de la Tierra estuvo exactamente en el mismo plano del ecuador de nuestra galaxia. Esto significa que en el cielo se vio la Via Láctea exactamente perpendicular, en lugar de ligeramente inclinada como siempre.

Esto se trata de una alineación matemáticamente perfecta. La geometría sagrada y las matemáticas admiraron a los filósofos de la antigüedad por considerarlas umbrales a planos elevados de conciencia.

Pero una mente escéptica dirá “¿Y qué tiene que ver una alineación de objetos tan lejanos con sucesos aquí?” La respuesta es que no lo sabemos, pero hay constantes que se repiten en muchas filosofías de la antigüedad, como por ejemplo que lo material es una realidad subordinada a otras realidades. Y que todo lo material está interconectado en el “plano de la conciencia”, por lo que el cosmos sí tendría una influencia en la Tierra. Este conjunto de postulados filosóficos, que se suele agrupar bajo el nombre de Filosofía perenne, se repite en todas las culturas de la antigüedad.

En el día de hoy, este es un conjunto de postulados compartidos por el budismo, el movimiento evolucionario, la filosofía integral, el Club de Amterdam, el Club de Budapest, etc. La religión, con su énfasis en la forma y en el rito, es una “traducción” de la Filosofía perenne para mentes simples. Pero las religiones ya no son aceptables para la mente sofisticada de estos tiempos y se está dando un retorno a la filosofía perenne, usualmente en la forma de mantener un rigor científico pero sin reducir toda la existencia al plano material. Como veremos más adelante, este es un fenómeno que también fue profetizado por los Mayas.

Las eras del calendario maya
Los Mayas dividieron los 25.625 años de su calendario en cinco grandes eras de 5.125 años cada una. A cada periodo de 5.125 años lo llamaron un Gran ciclo. Los mayas decían que cada cambio de Gran ciclo ha venido con fenómenos naturales violentos y destrucción, y que en cada cambio de ciclo hay fuertes explosiones solares.

Acabamos de finalizar el quinto Gran ciclo de 5.125 años, o Quinto sol del calendario maya. Esta época es significativa porque termina el calendario maya y porque cambiamos de ciclo (son dos sucesos que coinciden). Los Mayas se referían al ciclo del Bolom Tikú, que estamos terminando ahora, como la noche galáctica, caracerizada por el oscurantismo, el egoísmo y el materialismo. Profetizaron que el periodo de 5.125 años que está por empezar – el Oxlajuj Tikú—se regirá por la armonía, la tolerancia y el respeto. Las doctrinas y la fe serán reemplazadas por el conocimiento y el autoconocimiento.

Los Mayas llamaron a este ciclo el amanecer galáctico, y se debe a una poderosa emisión energética proveniente del centro de la galaxia, un polo energético muy poderoso llamado por ellos el Hunab Ku (el símbolo que en los códices mayas se representa como la ilustración que acompaña este artículo). Profetizaron también que entre 1992 y 2012, el último katum (periodo de 19,6 años) de la noche galáctica, habría un periodo de tansición hasta esta nueva era.

El problema es que el reduccionisto materialista de los últimos siglos eventualmente se encargó de desacreditar cualquier teoría que no sea mesurable y material. Pero para los mayas su rigurosidad científica no era incompatible con aceptar manifestaciones sutiles de energía provenientes de otros planos de existencia.

Un principio [científico] de prudencia no nos permitiría negar todo esto sino más bien declarar con humildad que no tenemos la ciencia para entender a fondo cómo es posible que nuestra posición geométrica frente a la galaxia sea tan importante, pero es algo en lo que coinciden las filosofías de la antigüedad; inclusive Pitágoras y Platón.

Las 7 Profecías Mayas
Fernando Malkún, estudioso de los códices mayas, clasificó las profecías de los Mayas en siete, que se resumen de la siguente manera.

1ª profecía. Es lo que hemos dicho; que el 21 de diciembre del 2012 fue el fin del calendario maya.

2ª profecía. Vaticina el eclipse de sol total que hubo en México el 11 de agosto de 1999 (profetizado y cumplido), y establece esa fecha como un momento decisivo en la ola de manifestaciones de la naturaleza que caracterizarían este cambio de era. También habla de una psiquis humana alterada y una humanidad que ha perdido el contacto con la naturaleza.

3ª profecía. Profetiza el calentamiento global.

4ª profecía. Habla del derretimiento de los casquetes polares.

5ª profecía. Dice que en esta época los sistemas organizados sociales basados en la agresión y el miedo se verán resquebrajados, dando paso a sistemas sociales basados en la solidaridad y el amor.

6ª profecía. Vaticina un cometa pasando cerca de la Tierra.

7ª profecía. Habla de una nueva humanidad capaz de convivir en armonía gracias a la sabiduría que le dará comprender la realidad más allá de sus cinco sentidos.

Ninguna profecía vaticina el fin del mundo.

La profecía del Dalai Lama
Los Mayas y muchos otros pueblos de la antigüedad daban mucha importancia al calendario de 260 días, un calendario cuyo año dura 9 meses, el tiempo de gestación humana, considerando no desde la última mestruación sino desde la última mestruación perdida. Este ciclo calendárico, que los mayas llamaban tzolkin es usado por algunos pueblos aún hoy para calcular el ciclo del maíz y de otras cosechas. En el calendario maya, el calendario con un año de 260 días era la cuenta más importante.

En el año 1475 el Consejo supremo maya se reunió en una localidad llamada Wenk’al y profetizaron que estaban por empezar 520 años (260 x 2) de oscuridad e ignorancia. Profetizaron también que al cabo de ese tiempo un personaje vestido con los colores del sol llegaría a tierras mayas, marcando el final de esos años de irrespeto a las culturas indígenas. Cumpliendo la profecía,el Dalai Lama llegó el 3 de julio de 1989 a la pirámide de Teotiwakan, lo que fue tomado por los shamanes mayas como el fin de los años de sangre y oscuridad, como fue profetizado 520 años atrás.

Los mayas también profetizaron que entre 2010 y 2015 de nuestro calendario (o sea, ahora mismo), energías provenientes del centro de la Tierra se trasladarían de los Himalayas a los Andes, convertiendo a esta región en el nuevo centro energético del planeta. Esta ha sido llamada la Profecía del Lago Titicaca. ¿No tendrá esto algo que ver con esta ola de gobiernos próximos a los intereses de la gente (por encima del capital) en Sudamérica?

Un mundo más sensible
Las profecías de los Mayas no son para tomar a la ligera, pues es evidente que la humanidad ha venido experimentando un proceso de sensibilización en las últimas décadas. Más recientemente, el creciente interés en la meditación, el yoga y la vida sana podría ser una moda, pero también podría ser un síntoma de los tiempos. Cada vez más personas optan por respetar el medio ambiente, por tener relaciones basadas en el respeto; existe una creciente valoración por la justicia y la verdad, por la igualdad de derechos y oportunidades.

Con un sistema capitalista basado en la ambición y la competencia en franca descomposición, están surgiendo nuevos modelos económicos en el mundo a través de un regreso a la economía social y solidaria. Internet ha venido a ayudar a consolidar una tendencia global (principalmente entre los más jóvenes) de informarse y ya no creer en falsos valores.

Hay quienes entienden estos cambios en la conciencia de la humanidad como producto de la educación, pero no hay que descartar que se trate de un cambio en la vibración planetaria. Así como los Mayas acertaron con otras profecías, no es descabellado pensar que también acierten con aquella que habla de un nuevo amanecer en la sensibilidad de la humanidad. Después de todo, esta podría ser la última carta de salvación de la humanidad ante un colapso ambiental producto de la ambición, la ignorancia y el materialismo.












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