En defensa de la piratería

¿Está bien que las casas disqueras o cinematográficas persigan como delincuentes a gente normal?


En 2008, una joven mujer fue sentenciada en EUA a pagar una multa de US$222.000 por haber participado de uno de aquellos servicios en línea para compartir música. Las disqueras insistentemente tratan de equiparar la piratería de películas con el robo. Pero ¿es realmente lo mismo?

En EUA, la asociación de las grandes casas disqueras, la Radio Industry Association of America (RIAA) ha orquestado una verdadera persecución hacia quienes copian música por internet. Como contraparte, hay un número de organizaciones que han llegado a referirse a la RIAA como un “cartel” por lo agresivos de sus métodos encaminados a garantizar, a cualquier precio, la máxima rentabilidad para las casas disqueras.

Es ese “a cualquier precio” lo que está empezando a escandalizar a una cultura que tradicionalmente ha tenido un ideal de sociedad justo donde el ciudadano común goza de respeto. Los abogados de la RIAA son conocidos por usar métodos extremos para lograr sus objetivos. Por ejemplo, la llamada “Spamigation” (combinación de “Fumigation” y “Spam”) es una práctica que consiste en enviar masivamente notificaciones legales intimidatorias a gente que se determina han intercambiado música por internet. Sus detractores consideran que la spamigation causa más perjuicios que beneficios, pues da lugar a la violación de la privacidad y pone a mucha gente en una situación denigrante.



Este video, enviado por Julia Patricia Carbo, explica en forma poética por qué es erróneo poner
a la piratería de productos artísticos al mismo nivel que el robo.


La controversia de fondo

Pero detrás de estos excesos de la RIAA hay una controversia más fuerte, pues muchos cuestionan el principio mismo de los derechos de autor. Según esta postura, las leyes de propiedad intelectual fueron útiles en algún momento pero hoy, con las posibilidades tecnológicas existentes, se pueden establecer eficientes –y menos conflictivos--- sistemas directos de pago consumidor-artista.

El problema es que estas soluciones suponen una disminución de ingresos para la industria discográfica, lo cual es tema sensible en Washington. Las protestas contra la legislación de propiedad en EUA abarcan varios ámbitos --música, cine, libros, software y hasta medicamentos--- y son parte de una inconformidad cada vez mayor contra un gobierno que parece haber perdido su nexo con el ciudadano.

Según Chris Lehmann, en artículo publicado en el Washington Post, “ahora que internet permite que los trabajos circulen mucho más amplia y libremente que nunca antes, las grandes corporaciones están usando la ley para congelar la producción de cultura en este momento histórico, para su propia y considerable ventaja. Y el Congreso, lubricado con dólares provenientes de esas corporaciones, siempre accede”.

El senador Bernie Sanders señala a la desmedida ambición de las grandes corporaciones y la complicidad del gobierno y congreso, como el problema más grave en la sociedad norteamericana de hoy.

Un futuro mejor

El creador de Lotus 1-2-3, Mitch Kapor, es una figura importante en el movimiento anti-copyright. Creador de la fundación que maneja el navegador Firefox y de la Electronic Frontier Foundation, Kapor es un futurólogo y un idealista que habla de una sociedad en la que la información fluya libremente por la red. Donde libros, música, películas y software sean accesibles a todos.

Hay novedosas propuestas que aprovechando la tecnología actual, abaratan precios para el consumidor y maximizan ingresos para los artistas. ¿Cómo? Con legislaciones que quiten tanto poder a los intermediarios, o sea, las casas disqueras.

El fenómeno internet es una excelente oportunidad para universalizar el conocimiento. Si como civilización logramos sortear las amenazas a este objetivo, posiblemente podamos presenciar una transformación sin precedentes en los próximos años.

El aprovechamiento de la tecnología no será total hasta que no se flexibilicen las leyes de propiedad intelectual. Posiblemente esa sea la puerta hacia una humanidad con seres mejor informados y más inteligentes.


2 comments:

  1. Hay que recordar que detrás de un "pirata" hay fines económicos en muchos casos millonarios. Tal vez el nombre de piratería suena mas grave de lo que parece para quien se dedica al negocio de reproducción de contenidos. Reconozcamos que detrás de un trabajo discográfico o audiovisual hay hooooooooooooras de historia y obviamente costos que asumen los productores y tambien inversionistas que están haciendo la apuesta y esperando recibir sus regalías. Ya no se trata de arte, sino de una industria . La copia es totalmente válida para quien hace difusión y promoción , pero enriquecerte de algo que no es de tu autoría eso si es un delito. La masificación del acceso a estos contenidos es una realidad hoy en día por medio de la conexión a servers con dispositivos, que también estan masificados y uno de los gadgets mas usados es la compu con el internet. Pero que tiene que hacer la tecnología sino mas que la adaptación de estos canales hacia el consumidor final para que el productor reciba directamente las regalías. Con unos cuantos centavos por usuario directo tendríamos un valor justo por cada transferencia de datos para cada uno de estos productores.

    ReplyDelete